Comentario
El inmenso desastre que comenzaba a producirse en el Este era, una vez más, culpa de Hitler. Como antes se apuntaba, Gehlen había elaborado una información bastante realista de los efectivos soviéticos. Ante la amenaza, Guderian alertó al cuartel general de Hitler, que se hallaba entonces en el Nido del Aguila, en el frente Occidental, y el día 9 de enero le presentó un plan en 4 puntos: retirada de la Península de Curlandia (donde tenía unos 400.000 hombres y cerca de 500 tanques); retirada del norte de Polonia hasta las fronteras de Prusia Oriental, más cortas y mejor fortificadas; repliegue a una segunda línea de todo el frente polaco situado entre las cabezas de puente de Baranov y Magnuszev, al sur de Varsovia, por ser ésta la zona donde el espionaje situaba el golpe más duro de la ofensiva soviética; y, finalmente, proponía la retirada de efectivos del frente Oeste para reforzar el Este.
Hitler se opuso de plano. Gritó enloquecido que el plan era obra de un demente y que las informaciones eran un disparate. Alegó que aquellos ejércitos rusos eran el mayor "bluff" de la historia y que apenas sí constituían otra cosa que hordas con una organización como la de Gengis Khan. Ambos hombres argumentaron y se llegaron a gritar violentamente pero, tras horas de forcejeo, Hitler no retrocedió ni un paso.
¿Por qué? ¿Creían realmente que los ejércitos soviéticos serían contenidos? ¿Esperaba que su progreso fuera lento y creía que era preferible contener a los aliados occidentales aguardando la ruptura política entre Churchill-Roosevelt y Stalin? o, como apuntan otros ¿Hitler y Jodl, un austriaco y un bávaro, preferían que se perdiera Prusia Oriental a sus tierras de origen, mientras que Guderian, un prusiano, defendía los intereses de su tierra chica?
Es imposible saberlo, aunque todo pudo estar mezclado. Pero el plan de Guderian hubiera salvado del desastre a los ejércitos alemanes del Este, por lo menos en enero de 1945. Olvidemos hipótesis. La realidad fue que el día 14 entró en acción Zhukov en Magnuszev y en 5 días destruyó por completo al 9.° Ejército alemán. El día 16 entraban los soldados soviéticos en Varsovia, el 17 en Cestochowa, el 19 en Cracovia y Lodz...
El 6 de febrero, las vanguardias de Zhukov alcanzaban el Oder. Para esas fechas los alemanes habían perdido casi toda Polonia y buena parte de Prusia Occidental, además de las zonas fronterizas de Silesia. El Ejército Rojo ya estaba en las tierras del Reich y seguía avanzando, pese a las arengas de Goebbels, asegurando que los soviéticos no avanzarían un solo paso más.
Las pérdidas alemanas eran enormes: 295.000 muertos y 85.000 prisioneros; más de 6.000 cañones y morteros; cerca de un millar de vehículos blindados. Sólo se salvaron dos "bolsas ambulantes" alemanas, formadas por restos de cuerpos blindados que en su retirada fueron engrosándose con unidades desperdigadas por todo el centro de Polonia.
En Prusia Occidental también había comenzado el desastre, pero antes de que se consumara tuvo lugar una de las conferencias cumbre de los aliados que tendría mayores repercusiones en la posguerra: Yalta.